El aumento inexplicable de lagos en el Tíbet desconcierta a los investigadores

La meseta del Tíbet se enfrenta a un curioso fenómeno desde hace unos treinta años: poco a poco están apareciendo lagos en la región y nada parece detener su proliferación.

Aunque la región del Tíbet no es especialmente propensa a las precipitaciones, según miembros de Futura, parece que su subsuelo alberga una inmensa cantidad de agua. De hecho, desde hace unos treinta años, el territorio se está llenando de lagos, para gran sorpresa de los científicos.

Mientras que los lagos de muchas partes del mundo han perdido agua en las últimas tres décadas, lo que ha provocado graves sequías, el número y el tamaño de los lagos del norte de la #MesetaTibetana han aumentado considerablemente, según la @NASA.

A principios de marzo, la NASA publicó una comparación de fotos entre el 1 de agosto de 2014 y el 11 de agosto de 2024. En diez años, los alrededores de Nyima y Qiemo han pasado de cuatro grandes lagos en 2014 a una multiplicidad de lagos más o menos grandes diseminados por todas partes.

El fenómeno, observado desde 1992, parece ser duradero. En 1991, la meseta del Tíbet contaba con 4385 lagos, mientras que en 2023, el número de lagos ascendía a 6159. Además, estas zonas de aguas cerradas, en su mayoría, no se desbordan hacia los ríos.

Una verdadera curiosidad

Por el momento, los científicos son incapaces de explicar esta misteriosa serie de apariciones de lagos. La tasa de evaporación del agua, la humedad y la cantidad de nieve derretida no bastan por sí solas para explicar este fenómeno de gran magnitud.

Si la tendencia continúa, algunos pueblos podrían acabar bajo el agua en los próximos años. Esto se hará evidente, ya que, según diversas previsiones, este extraño fenómeno debería continuar hasta 2100 por lo que cientos de kilómetros de tierras agrícolas, así como importantes carreteras, podrían desaparecer.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Francia con el título «De plus en plus de lacs apparaissent au Tibet et les chercheurs ne comprennent pas pourquoi»